SALUD-EEUU: Desde las cenizas… de carbón

Están en pasta de dientes, cosméticos, revestimiento de paredes, cemento y productos agrícolas. La vida cotidiana está llena de las polémicas cenizas que se generan al quemar carbón para producir electricidad.

Las cenizas de carbón, también conocidas como residuos de la combustión del carbón (CCR, por sus siglas en inglés), y sus usos beneficiosos –como su reciclaje en productos comerciales o agrícolas—son motivo de controversia entre quienes buscan una mayor regulación de su reuso y quienes las promueven como económica y ambientalmente beneficiosas.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos fomenta el uso de estas cenizas, pero varios informes señalan que la entidad no está plenamente al tanto de los potenciales peligros.

Un informe presentado en marzo por la oficina del inspector general de la EPA declaró simplemente que la Agencia "no siguió las prácticas estándar aceptadas al determinar la seguridad de las 15 categorías de usos beneficiosos de los CCR que promovía".

La Coal Combustion Products Partnership (C2P2, Asociación de productos derivados de la combustión del carbón) es una alianza oficial entre la EPA, organizaciones de la industria del carbón y otras entidades que trabajan para promover y aumentar los usos benéficos de las cenizas del carbón.
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La EPA suspendió a la C2P2 a mediados de 2010, durante un periodo de reevaluación.

La organización Public Employees for Environmental Responsibility (PEER, Empleados públicos por la responsabilidad ambiental), con sede en Washington, fue especialmente crítica de la EPA en los últimos años, citando la disposición de la Agencia a promover los usos positivos de las cenizas de carbón sin tener pleno conocimiento de los riesgos.

Esta semana, la entidad emitió un comunicado declarando que la EPA "impide que sus científicos examinen los riesgos sanitarios de que desechos de la combustión de carbón se agreguen a productos de consumo, agrícolas y comerciales, aunque la agencia promueve estas prácticas como seguras".

Kirsten Stade, directora de cabildeo de PEER, dijo a IPS que una de las principales preocupaciones es que estos usos beneficiosos "prácticamente no fueron analizados ni regulados de ninguna manera".

La EPA dijo que "desarrollará un proceso para evaluar los riesgos de los usos beneficiosos de los residuos de la combustión del carbón" aunque apoye y promueva su reciclaje porque, si se los maneja adecuadamente, compensan los impactos ambientales adversos causados por la quema del carbón y benefician a la salud humana.

Las cenizas de carbón son ricas en elementos valiosos desde el punto de vista comercial, entre ellos el aluminio, el calcio y el hierro, pero también puede contener bajas concentraciones de plomo, arsénico y mercurio, entre otros metales. Esto volvería razonablemente alarmante la falta de información sobre los efectos de usar esos materiales en productos de consumo.

¿Qué son las cenizas de carbón?

Registros de la EPA de 2008 señalan que cada año se producen 136 millones de toneladas de cenizas de carbón. Casi la mitad de esa cantidad se recicla para usos beneficiosos, mientras que la otra mitad se elimina en depósitos superficiales y rellenos sanitarios.

Las cenizas de carbón recicladas caen en dos formas: encapsuladas y no encapsuladas. En la primera modalidad se las puede encontrar en productos como revestimiento de paredes u hormigón. En la segunda están sueltas, cual sedimentos.

La EPA dijo no haber identificado ningún daño ambiental asociado con los usos positivos de las cenizas de carbón. Al mismo tiempo, reconoció haber "identificado preocupaciones" en algunos usos basados en la tierra para los residuos de la combustión del carbón no encapsulados de no seguirse las prácticas adecuadas, aunque no especificó si esas preocupaciones eran ambientales o sanitarias.

Sin embargo, cuando las cenizas de carbón no se reciclan, los contaminantes que hay en ellas pueden filtrarse al agua potable y plantear un serio peligro para la salud pública. El año pasado, la EPA presentó dos propuestas para regular la eliminación de cenizas de carbón a fin de abordar los riesgos inherentes al proceso, si bien no propuso regular sus usos benéficos.

Se considera que usar cenizas de carbón –en cemento y hormigón, relleno estructural, control de nieve y hielo, por ejemplo—es ambiental y económicamente ventajoso, dado que esos residuos son materiales baratos para su uso comercial, que tampoco terminan en los rellenos sanitarios.

En 2008 colapsó un depósito de cenizas de carbón en Kingston, en el oriental estado de Tennessee, causando daños ambientales cuya limpieza requirió cientos de millones de dólares.

Prioridades en conflicto

Stade sugirió que a la EPA le preocupa más el reuso del carbón que la conciencia sobre los efectos potencialmente adversos de ese reciclaje.

Dos toxicólogos expresaron a la entidad –para la que trabajan— su preocupación ante la manera como promueve los usos ventajosos sin contar con información definitiva sobre la seguridad del reciclaje de las cenizas de carbón. Solicitaron que se investigue más el tema, pero sus inquietudes "fueron ignoradas".

Thomas Adams, director ejecutivo de la organización Advancing the Use and Management of Coal Combustion Products (ACAA, Promoviendo el uso y el manejo de los productos derivados de la combustión del carbón), integrante de C2P2 antes de su suspensión, desestimó los argumentos de PEER por considerar que no eran "nada nuevo".

"Simplemente quieren enlentecer toda clase de esfuerzo por usar de modo benéfico estos productos", dijo a IPS.

Adams cuestionó a la EPA por su dudoso respaldo a los usos positivos de las cenizas de carbón, diciendo que apoya el reciclaje de las mismas en algunos lugares pero que en otros no está "haciendo nada para ayudar a que continúe".

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